Descubrió que eras más fácil controlar su temperamento que clavar los clavos en la puerta. Finalmente llegó el día en que el niño no perdió los estribos. Le contó a su padre sobre ésto y su padre le sugirió que por cada día que se pudiera controlar sacara un clavo. Los días transcurrieron y el niño finalmente le pudo contar a su padre que había sacado todos los clavos El padre tomó a su hijo de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: “Has hecho bien, hijo mio, pero mira los hoyos en la puerta. La puerta nunca volverá a ser la misma. Cuando dices cosas con rabia, dejan una cicatriz igual que ésta. Le puedes clavar un cuchillo a un hombre y luego sacárselo. Pero no importa cuántas veces le pidas perdón, la herida siempre seguirá ahí” Una herida verbal es tan dañina como una física”.
Pretendo expresar en mis escritos cómo me siento como mujer en este siglo en el que hemos conseguido ¿"la liberación de la mujer"?,cómo veo la igualdad o denunciar todos aquellos temas que nos afectan a las mujeres y temas de interés general: política, violencia de género, ley de la memoria histórica, el poder descarado de la iglesia... Ser mujer del siglo XXI implica descubrir lo que eres, cómo eres y saber que todo eso se proyecta.
martes, 23 de agosto de 2011
LOS CLAVOS EN LA PUERTA
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