martes, 8 de julio de 2014

De la película “El lado oscuro del corazón"



Oliveiro es un joven poeta que vive en Buenos Aires, donde a veces tiene que vender sus ideas a una agencia de publicidad para ganarse la vida o intercambiar sus poemas por un bistec. En Montevideo, conoce a Ana, una prostituta de quien se enamora. De regreso a Buenos Aires, acepta un contrato con una agencia de publicidad para conseguir el dinero para tres días de amor con ella. ¿conseguirá lo que está buscando cuando su ideal de placer del amor va literalmente en levitación al hacer el amor?

Todo es en forma de prosa, con una forma muy "sensual" de hablar para conquistar mujeres, y encontrar a la que "sepa volar" según su forma de ver el mundo. Aunque a veces piense que ha encontrado la persona que en realidad es la correcta porque sabe volar y con él. Pero termina resultando una caída impactante y dolorosa, pero el no termina ahí su búsqueda. También decía que el manejo del tiempo es muy sutil y sentir que nos dice a nosotros las palabras hecho poemas.




“- No has cambiado nada ¿Cuando vas a dejar de ser un niño?
- ¿Para qué?
- Bueno, pero cuéntame, ¿estás con alguna chica o sigues buscando a la ideal?
- Es muy difícil.
- ¿Qué es difícil?
- El amor. ¿Cómo amar sin poseer? ¿Cómo dejar que te quieran sin que te falte el aire? Amar es un pretexto para adueñarse de la vida del otro, para volverlo tu esclavo. Para transformar su vida en tu vida. ¿Cómo amar sin pedir nada a cambio? sin necesitar nada a cambio.
- Si no hubiera pasado el tiempo, diría que esto es un reproche, pero en realidad creo que estás asustado. Y si estás asustado es porque algo fuerte te pasa. Casi siempre, el error que cometemos es pensar solo en lo que nos pasa a nosotros. Nos parece tan importante eso que sentimos que nada que le pase al otro puede ser tan importante como eso que sentimos. Y esa contradicción, suele ser trágica.
- Si no hubiera pasado el tiempo, diría que esto es una autocrítica.” 


“Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo, un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportar una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias, pero eso sí, y en esto soy irreductible, no les permito, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo.” 


“Mi táctica es mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es hablarte y escucharte
construir con palabras un puente indestructible
mi táctica es quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es ser franco y saber que sos franca
y que no nos vendamos simulacros
para que entre los dos no haya telón ni abismos.
Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple
mi estrategia es que un día cualquiera
no sé cómo ni sé con qué pretexto
por fin me necesites.” 


“Nunca veas a una puta con la luz del día. Es como mirar una película con la luz encendida. Como el cabaret a las 10 de la mañana, con los rayos del sol atravesando el polvo que se levanta cuando barren. Como descubrir que ese poema que te hizo llorar a la noche, al día siguiente apenas te interesa. Es como sería este puto mundo si hubiera que soportar las cosas tal y como son. Es como descubrir al actor que viste haciendo de Hamlet en la cola de pan. Como el vacío cuando te pagan y no sientes ni siquiera un poquito. Como la tristeza cuando te pagan y sentiste al menos un poquito. Como abrir el cajón y descubrir una foto de cuando la puta tenía 9 años. Como dejarte venir conmigo, sabiendo que cuando se acabe la magia vas a estar con una mujer como yo en Montevideo.” 


“No te quedes inmóvil al borde del camino,
no congeles el júbilo,
no quieras con desgana,
no te salves ahora ni nunca, no te salves.
No te llenes de calma,
no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo,
no dejes caer los párpados, pesados como juicios,
no te quedes sin labios,
no te duermas sin sueño,
no te pienses sin sangre,
no te juzgues sin tiempo.
Pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el júbilo,
y quieres con desgana,
y te salvas ahora 
y te llenas de calma,
y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo, 
y dejas caer los párpados pesados como juicios, 
y te secas sin labios 
y te duermes sin sueño, 
y te piensas sin sangre 
y te juzgas sin tiempo, 
y te quedas inmóvil al borde del camino, 
y te salvas.
Entonces, no te quedes conmigo.” 



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