Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir, porque cuando tu vinistes a este mundo llegaste sin ese adhesivo, por lo tanto es costumbre vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.»
El párrafo de arriba es parte de una reflexión de Paulo Coelho llamada “Cerrando Circulos”.
Arrepentimiento no me conmueve. Hoy tus promesas de amor no me alcanzan. Dejaste vacía mi vida un día y no te importó.
Para que me decís hoy que me amas, si sabes que mis sentimientos por ti cambiaron y mi vida ya se está organizando sin tu presencia, sin quererla compartir contigo.
¿O tal vez haces esto por otro motivo?, ¿quizás otros brazos se cansaron de ti?, ¿quizás te cansaste de ser libre?, ¿o tal vez pretendes que yo te perdone como si nada hubiera pasado?…
Tristeza me dan tus palabras, lástima que no te diste cuenta antes todo lo que hice por ti, todo lo que perdiste, por no estar a mi lado. Hoy es demasiado tarde para pedir perdón, hoy ya no me importa tus sentimientos, si me extrañas o no. Lloré por ti lo suficiente para darme cuenta que la vida no eres solo tú, sino una VIDA, que hay que aprender a VIVIRLA nuevamente, sin arrepentimientos, sin mirar atrás, y ver también las cosas malas, no solo tomar lo bueno, aprender de todo lo que hemos hecho o dejado de hacer.
Te doy las gracias por darme una VIDA nueva otra vez, te doy las gracias por dejarme ser YO nuevamente, te doy las gracias por haberme hecho llorar por nuestro amor, que hoy me haya hecho más fuerte y eso me haya convertido en la MUJER QUE SOY.
Gracias por devolverme las fuerzas que me quitaste un día.
Hoy soy libre, libre de ser yo misma, libre de amar, libre de reír, de bailar, de hablar, de soñar…..
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