viernes, 1 de junio de 2012

La Justicia debe cambiar para ser Justicia.





Queridas compañeras y queridos compañeros. Un día más estamos aquí, nuestra presencia no debe pasar inadvertida ocurra lo que ocurra, esa es nuestra grandeza y también nuestro desánimo.
Qué piensan los que caminando nos miran con indiferencia la mayoría de las veces y con prisas el resto de ellas. Existimos para ellos y ellas. Es efectivo a sus ojos nuestro testimonio.
Muchas veces, me he preguntado en un mundo como el nuestro que parece que se hunde, donde sólo se habla de la prima de riesgo, de los barcos pesqueros en guerra con Gibraltar, de los 23.000 millones de Bankia, , por cierto, son para el que se les escape esto del €, la friolera de 3 billones, 826 millones de aquello que llamábamos pesetas, y de la facilidad con que se gasta nuestro dinero los fines de semanas para que algunos jueces disfruten en Marbella con todo pagado. Como decía y de lo nuestro ¡¡¡Qué!!!  Cuántas mujeres han sido asesinadas  de manos de aquellos que algún día le dijeron que la querían. Y nadie dice nada están tan oculta como nosotras ante los que pasan sin vernos.
Nuestra presencia aquí es necesaria, porque nuestra sociedad sigue ciega ante la violencia de género, mientras que España estuvo durante treinta años poniendo la violencia de ETA como el mayor problema de nuestro país por la muerte de más de 800 personas. Más del triple de esa cifra supuso la violencia de género.
Pero, amigas y amigos, nada de lo que hemos hablado, tiene importancia frente a las condiciones que tiene que pasar una maltratada al enfrentarse a un sistema que le dificulta una simple denuncia o que le castiga por denunciar.
Cuántas sentencias nos han desgarrado simplemente al oírla. Cómo puede decir un juez que no hay ensañamiento después de dar 65 cuchilladas, o ausencia de premeditación después de cientos de amenazas, o como llamar zorra a una mujer es algo gratificante ya que la zorra es inteligente.
Las sentencias hay que acatarlas, pero desde luego no  necesariamente compartirlas. La justicia debe cambiar para ser justicia.
Pero, qué difícil lo tenemos compañeras y compañeros. El PP se ha propuesto encerrarnos otra vez en la cocina y mostrarnos otra vez como personas sumisas.
En los cambios de la asignatura de educación para la ciudadanía, a nuestros hijos les van a quitar todas las referencias de la igualdad entre hombre y mujeres.
Amigas, nos quedan muchos días de estar en la calle, de salir para hacernos visibles, porque, como os digo, cada vez con más empeño, el poder establecido está haciendo que las mujeres desaparezcamos detrás de nuestros maridos, y digo maridos porque es la única forma de relación posible a los ojos de Rajoy y de sus colegas.
Compañeras ánimo que el final del túnel “por desgracia” cada día lo tenemos más lejos.
La violencia Machista debería ser tratada como un problema de estado, porque es un problema de estado.
Fdo.: Mª Carmen Alcántara Benítez

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